Tomé la ciudad de la mano en la madrugada. Esta mujer mostro en la noche se deja llevar y te lleva, te envuelve entre láminas oscuras de asfalto, te hace deslizar, amablemente, con una calidez propia de un frescor de enero que abraza.
Fue el epílogo de una ruptura.
Suena la música dentro del auto, lejos, pero ante el silencio, inunda. Bolero con letra simple, Kelvis canta, generación de los setenta, con el sabor de antaño, es decir, yo, nosotros.
…quiero quiero quiero olvidar todo mi sufrimiento…
Habíamos hablado toda la noche, proyectos, cierres, resultados.
Hacía tiempo no conversábamos tanto, bueno, sí, pero se sentía que algo se avecinaba, acontecía, que era el día de desnudarnos.
De pronto, en la mesa emergieron todos los dolores que no se habían hablado, los que siempre guardamos para no hacernos daño, porque uno es optimista y piensa que pasará, que se olvidará, que no será más, que la próxima será diferente, pero no, somos cíclicos, no remontamos la vuelta.
Tensión, pequeños tú y yo, reflexiones colectivas.
Tristeza, démosno un tiempo, asentemos lo pensado, dialoguemos más adelante.
Catástrofe, ya no seremos, ya no estaremos, si falta uno, no tiene sentido.
No es el trabajo lo que nos une, nos une el afecto, el dolor, ¿se rompió?
Y si, nos amamos. Es un cuerpo espiritual de siete almas, más una descolgada por la lejanía. Un quiebre, se raja, desprendimientos de cuerpos con una sola alma.
Cada cuál camine solo-a, reflexione sobre este marriage de diez años, es mucho tiempo y duele, duele perder, perdernos.
…Me dió por cuidar de ti,
con ansia y alevosía,
esa pasión me dejó ciego y sin querer,
marqué el camino, un final definitivo…
Recordaré para olvidar!!…
toda una vida sin querer…
será mejor…
será borrar todo este idilio,
ay, que nos inventamos,
sólo porque eres, por querer amar…
Lágrimas, temor…qué somos, dónde estamos, qué pasó?
crisis espiritual institucional, fue el estado, es el culpable, reímos dentro de la desgracia personal, colectiva, nacional.
…quiero quiero quiero olvidar todo mi sufrimiento…
Salimos a tomar la noche, caminarla, cada cuál con la cabeza en su mundo, en un mundo sin nosotros.
La tormenta llegó, pasó, y se avecina un nuevo diálogo. Perdón y renacimiento, ruptura y recomienzo.
Sólo eso nos queda.